¡Oh Vida!
Atrapados en pequeños marcos,
así fueron nuestros recuerdos.
Encerrados en pantallas y ventanas,
vivimos nuestros presentes.
Encerrados porque queremos,
porque nos gusta,
porque es hermoso perdurar.
Porque en pantallas nos encontramos a pleno color.
En los marquitos nos situábamos en blanco y negro,
y sepia
y poco color.
En nuestra suma incontable de días.
Vivimos para vivir,
y también para recordar.
No cuesta tanto encontrar lo que los demás dejaron
atrás,
lo que cuesta es empezar a buscar.
En el sepia de nuestros abuelos, o padres,
en la falta de color,
se encontró el amor
más de una vez o dos...
¡Oh Vida! Te llevas lo mejor,
o, ¿será que nos encanta echar de menos?
Fotogramas de tiempos mejores con suaves melodías,
como la presentación del viejo capítulo de nuestra
serie favorita,
en pantallazos acompañados de música.
¡Me gustaría creer que baila el pasado porque lo
pienso!
Y que, cuando no lo pienso, se detiene a esperar.
En galerías de sueños almacenamos lo que fuimos y
seremos,
mientras nos peleamos con lo que somos.
Y aspiramos a meternos en marquitos como adornos de
paredes ajenas,
queridas,
cercanas,
o extrañas.
Buscamos desatar sonrisas en pasados futuros.
Anhelamos ser parte de la galería de alguien,
mientras nos quedamos plantados, frente a la nuestra,
tratando de recolocar los huecos vacíos.
¡Oh Vida! Si
tu nos dejases besarte cada mañana,
si tu nos dejases saborearte sin la pena del pasado,
y sin la duda del futuro.
Los marcos se quedarían pequeños,
los recuerdos en pasado.
Pues Vida tu nos abandonas cada día,
cada segundo que pasa,
en tu lenta despedida.
Y cuando creemos que te quedas,
te llevas a los que queremos
y nos dejas solos,
desamparados,
queriéndote dejar atrás.
Pues vida solo es Vida si se vive con los demás,
y no es desprecio decir,
que aunque solo puedas estar,
recordar es lo mejor.
Pues no yace solo el que quiere,
si no el que
ya,
no puede con
alguien yacer.
¡Oh Vida, cuando tú me faltes!..
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