martes, 1 de julio de 2014

D. Cabeza



D. Cabeza



Ahora el polluelo se marcha del nido...
Perdón si te llamo polluelo y me pongo de madre,
pero te marchas de casa,
te vas,
a seguir tu camino.
Te mentiría si te dijese que no quiero,
en mi fuero interno,
que vuelvas de cabeza,
en poco tiempo con nosotros.
Pero aunque lo quiera,
aunque no lo espere,
este polluelo vuela.
Y perdón por el ejemplo del polluelo,
pero también es cabezón y,
la asociación es inevitable.
De cabeza contra un muro.
De cabeza un hermano,
un lobo,
un gallego,
o dos si son pequeños.
De cabeza no andas corto,
ni andarás corto de amigos,
porque aunque andes más bien lejos,
andaremos contigo.
De cabeza,
todos vamos,
tu también,
de cabeza sí pero,
¿¡qué cabeza?!
Tira muros con el melón,
usa bien tu cabezón,
pilla curro,
pilla piso,
pilla suerte,
pilla vida y pilla aire.
Y, cuando vayamos a verte,
si es que tu cabezón no se ve desde aquí,
te veremos grande,
te veremos fuerte.
De cabeza te diría que te echaremos de menos;
te diría negro,
te diría gilipollas,
te diría puta...
Te diría: "Tú tienes cabeza",
pero eso ya lo sabemos,
es evidente.
Te diré ponle empeño,
te diré pon cabeza.
Ve con cabeza,
ve tu solo
(aunque nosotros vamos contigo),
y si todo va bien,
guárdanos un cojín donde podamos dormir.
Y si no te sirve,
si sale mal,
si pierdes la razón,
o si te cansas,
aquí seguiremos,
con un hueco grande en un sofá,
donde tu cabeza pueda entrar.


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