jueves, 31 de julio de 2014

¡Oh Vida!



¡Oh Vida!


Atrapados en pequeños marcos,
así fueron nuestros recuerdos.
Encerrados en pantallas y ventanas,
vivimos nuestros presentes.
Encerrados porque queremos,
porque nos gusta,
porque es hermoso perdurar.
Porque en pantallas nos encontramos a pleno color.
En los marquitos nos situábamos en blanco y negro,
y sepia
y poco color.
En nuestra suma incontable de días.
Vivimos para vivir,
y también para recordar.
No cuesta tanto encontrar lo que los demás dejaron atrás,
lo que cuesta es empezar  a buscar.
En el sepia de nuestros abuelos, o padres,
en la falta de color,
se encontró el amor  más de una vez o dos...
¡Oh Vida! Te llevas lo mejor,
o, ¿será que nos encanta echar de menos?
Fotogramas de tiempos mejores con suaves melodías,
como la presentación del viejo capítulo de nuestra serie favorita,
en pantallazos acompañados de música.
¡Me gustaría creer que baila el pasado porque lo pienso!
Y que, cuando no lo pienso, se detiene a esperar.
En galerías de sueños almacenamos lo que fuimos y seremos,
mientras nos peleamos con lo que somos.
Y aspiramos a meternos en marquitos como adornos de paredes ajenas,
queridas,
cercanas,
o extrañas.
Buscamos desatar sonrisas en pasados futuros.
Anhelamos ser parte de la galería de alguien,
mientras nos quedamos plantados, frente a la nuestra,
tratando de recolocar los huecos vacíos.
 ¡Oh Vida! Si tu nos dejases besarte cada mañana,
si tu nos dejases saborearte sin la pena del pasado,
y sin la duda del futuro.
Los marcos se quedarían pequeños,
los recuerdos en pasado.
Pues Vida tu nos abandonas cada día,
cada segundo que pasa,
en tu lenta despedida.
Y cuando creemos que te quedas,
te llevas a los que queremos
y nos dejas solos,
desamparados,
queriéndote dejar atrás.
Pues vida solo es Vida si se vive con los demás,
y no es desprecio decir,
que aunque solo puedas estar,
recordar es lo mejor.
Pues no yace solo el que quiere,
 si no el que ya,
 no puede con alguien yacer.
¡Oh Vida, cuando tú me faltes!..



sábado, 26 de julio de 2014

No me quiebres



No me quiebres



No me pidas tiempo que te narre mis lamentos,
no me pidas folio en blanco que plasme lo que siento.
Pues confesor y lienzo te conviertes en mi muerte.
Pues cuando nos encontramos me encuentro.
Y al encontrarme me pudro pues solo encuentro lamento.
No me tientes suerte,
a soñar con un nuevo viento.
Pues solo encuentro en mis textos canciones de desalientos.
No me fuerces poesía,
no me quiebres,
no me obligues,
a despertar gris cada día.
Deja violín imaginario cantar a los pájaros.
No me pidas Mañana que te sonría al despertar.
No me pidas cielo azul cuando yo despierto nublado.
Pues buscando palabras encuentro recuerdos.
Pues en recuerdos encuentro silencio.
Y en los enredos,
en las palabras llenas de vacío,
me encuentro.
Y es de día,
y no hay nada.
No me tientes suerte,
a decir cuánto me faltas,
pues es egoísmo pensarse desgraciado con pan en la boca.
No me fuerces destino a escribirte entre líneas cuando no quiero,
pues de la desidia nace el fin.
Y a veces lo único que se desea,
es acabar.
No me fuerces poesía,
no me quiebres,
no me obligues,
a despertar gris cada día.



sábado, 12 de julio de 2014

Es tu culpa




Es tu culpa



¡Claro!  ¿¡Cómo no caer antes?!
Este mundo no reside en soluciones,
no consiste en mejoras,
en avance,
en progreso,
en deseos,
o anhelos.
Este mundo se resume en;
buscar culpables.
Y es que, es tu culpa,
por votar a la derecha,
por seguir a la izquierda.
Es tu culpa por creer en Dios,
y por ser ateo.
Tu culpa es por estudiar,
o por ponerte a trabajar.
Es culpa tuya, no lo dudes,
por hacer o dejar de hacer.
Y está claro,
diáfano.
La culpa era de Dios,
ahora es tuya,
y mía.
Y es que, es tu culpa,
tuya entera,
la culpa de que yo no sea feliz.
Es tu culpa por soñar en vez de trabajar.
Tu culpa es por trabajar, y dejar de estudiar.
Es culpa tuya, está claro,
por seguir al que no se debe,
o por intentar que nadie te guíe.
Y está claro,
cristalino.
La culpa fue de Dios,
era nuestra,
fue mía,
y ahora,
seas quien seas,
es tuya...


jueves, 10 de julio de 2014

A un millón de grados (Verano II)




A un millón de grados (Verano II)



A un millón de grados, y no solo de verano,
sino de infierno.
Palpitando sobre calzadas hirvientes.
Aterido al suelo se encuentran corazones.
A mil quinientos grados centígrados sobre el asfalto,
no hablo de calor, si digo que estoy quemado.
Cerca de la fundición del plomo,
con materia gris en las sienes y en los tímpanos,
y un ardiente deseo de desear.
A casi treinta y cinco grados de buena mañana,
y con las moscas revoloteando mis ideas,
como buitres a escala,
rondando,
esperando.
Aguardando a que, mis ideas,
se desplomen sobre el asfalto.
para posarse en ellas,
Para alimentarse de ellas,
para transformar pensamientos livianos,
en mierdas pesadas.
A un millón de grados nos vuelven mierda,
mientras soñamos con bombones.
A treinta y un años de la línea de salida,
la línea de llegada se presenta lejana.
Más cerca de mierda que de bombón,
más cerca de secarnos que de derretirnos.
Licor de alta gama se vierte en nuestros ojos y,
empalagados nos empachamos y detenemos.
Cargado de azúcar en los labios detengo mis pasos,
y mis palabras.
En cualquier charco el calor es menor.
Y, a un millón de grados,
más que verano,
siento infierno.

martes, 1 de julio de 2014

D. Cabeza



D. Cabeza



Ahora el polluelo se marcha del nido...
Perdón si te llamo polluelo y me pongo de madre,
pero te marchas de casa,
te vas,
a seguir tu camino.
Te mentiría si te dijese que no quiero,
en mi fuero interno,
que vuelvas de cabeza,
en poco tiempo con nosotros.
Pero aunque lo quiera,
aunque no lo espere,
este polluelo vuela.
Y perdón por el ejemplo del polluelo,
pero también es cabezón y,
la asociación es inevitable.
De cabeza contra un muro.
De cabeza un hermano,
un lobo,
un gallego,
o dos si son pequeños.
De cabeza no andas corto,
ni andarás corto de amigos,
porque aunque andes más bien lejos,
andaremos contigo.
De cabeza,
todos vamos,
tu también,
de cabeza sí pero,
¿¡qué cabeza?!
Tira muros con el melón,
usa bien tu cabezón,
pilla curro,
pilla piso,
pilla suerte,
pilla vida y pilla aire.
Y, cuando vayamos a verte,
si es que tu cabezón no se ve desde aquí,
te veremos grande,
te veremos fuerte.
De cabeza te diría que te echaremos de menos;
te diría negro,
te diría gilipollas,
te diría puta...
Te diría: "Tú tienes cabeza",
pero eso ya lo sabemos,
es evidente.
Te diré ponle empeño,
te diré pon cabeza.
Ve con cabeza,
ve tu solo
(aunque nosotros vamos contigo),
y si todo va bien,
guárdanos un cojín donde podamos dormir.
Y si no te sirve,
si sale mal,
si pierdes la razón,
o si te cansas,
aquí seguiremos,
con un hueco grande en un sofá,
donde tu cabeza pueda entrar.