sábado, 5 de mayo de 2012

SUFRE



SUFRE



Ideas funestas oscilan por mi negra superficie. Muerte, poder…
Magia fluye por los poros del tejido telúrico…
Sangre que mana por unas venas secas y marchitas… ¡SUFRE!
Son las dos menos veinte, aún nos queda tiempo. Ahora nos queda tiempo.
Sonido, ruido, todo es una tiniebla alrededor de alguien que palpita con cada estertor de un ritmo infinito que no lo abandona.
Morid, morid todos, sin excepción. ¡Morid!
Dejemos de respirar al unísono, escuchemos los estertores de una muerte que vive a nuestro lado.
Vida. Que pase y se marchite y así me deje en paz de una vez por todas.
Debéis desaparecer, queridos fantasmas. Debéis evaporaros y dejarme solo, en este momento no puedo atenderos.
Un timbre, el tono de un teléfono es el tambaleo de un débil corazón cansado de latir a destiempo.
Música, bailes, silencios, una armonía sempiterna que late junto a mí.
Alaridos, cadenas, ¡arráncamelo de dentro! ¡Sácalo! Gemidos, más gemidos, borbotones de ruidos entrechocan, golpean, ¡desgarran!
Morid, morid todos sin excepción. ¡Morid!
Dejad de inhalar mi precioso aire, el oxigeno oxidado, infecto, desgastado, cansado de cada cuerpo putrefacto que baila en este caos que es sobrevivir. ¡Sufre!
Desángrate, destrípate, desanímate, desiste… Ríndete, ¡eres escoria! ¡Eres una mierda! Un despojo, un desecho, una fosa séptica en la que se aglomeran y apelmazan todos los desechos de la sociedad que te rodea. ¡Desaparece!
Lágrimas de sangre corren por las mejillas de todo aquel que mira. Sufren, se regodean en su pena como cerdos entre el barro, acuden a él como moscas a la mierda. Son lágrimas saladas, no existe lo dulce; sólo existe el olvido, la desesperación. Es triste vivir, es triste soñar, es triste follar, es triste restregarse entre estiércol. ¡Son tristes! ¡Sois cerdos! ¡Dejad de bailar! ¡Dejadlo! ¡Dejadlo, por favor! No quiero seguir oyendo sus pezuñas, no quiero seguir oliéndolos.
Morid, morid todos sin excepción. ¡Morid!
¡Me dais asco! ¡Me das asco! ¡Me doy asco! Y esa es mi felicidad, la felicidad de un infeliz, un pobre infeliz, un pobre, uno. ¡Infeliz! ¡Sufre! ¡Sufre lo indecible, sufre para siempre, sufre hasta el infinito! ¡Sufre, cerdo de mierda! ¡Sufre, saco de mierda! ¡Púdrete!
Sombras de mierda… ¡Dejad de rodearme!
Escribo en sangre renglones torcidos en una pared sucia, llena de mierda. Veo tu puta cara tras cada mancha que dibujo.  Estás tan dentro de mí como mi misma mierda. ¡Me doy asco!
Escúpeme, méame, cágate encima de mis muertos y baila sobre su puta tumba. Me da pena mirarte a los ojos, la pena de alguien que sabe que no ve nada, que mira a través de alguien, de alguien lleno de mierda.
Quiero respirar, quiero paz, quiero que mis fosas nasales puedan aspirar todo lo que les rodea hasta no dejar nada sin que la bilis brote hasta mi paladar.
Quiero pasear mi mano por un prado fresco de vida, y no de sangre y orín de la gente.
Quiero una nueva guerra santa que acabe con todo lo bueno que pueda existir, una purga, decenas de genocidios, cientos de crucifixiones, miles de aniquilaciones, millones de cámaras de gas donde descansar hasta que llegue la noche.
Duchas de ácido es mi sueño, la sangre desgarrada, las miradas perdidas, los huesos aguantando a regañadientes los últimos girones de carne.
Miembros amputados, tripas, charcos, mares, ríos y océanos de sangre donde navegan barcas hechas con los huesos y los tendones de todos los animales que comparten NUESTRO suelo. Velas con el cuero de sus tripas, condones de piel, abrigos de entrañas, la última moda en esta puta basura de lugar. ¡Bailad ahora cerdos! ¡Bailad! ¡Os lo ordeno! ¡Bailad sobre los ríos carmesís en vuestras pateras construidas con vidas! Sufrid de noche y de noche. ¿Día? En la oscuridad no existe el día.
Se acerca una tormenta… Viene, se acerca, viene, sufre…
¡Escoria! ¡Mierda! ¡Despojo! ¡Desaparece!
¡Mierda!
Morid, morid todos sin excepción. ¡Morid!
Morid, morid todos sin excepción. ¡Morid!
Morid todos sin excepción. ¡Morid!
¡Morid!

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