miércoles, 23 de octubre de 2013

Soñando con hijos de puta






Soñando con hijos de puta



Amargas gárgaras de fracaso,
de fondo,
acordes agudos de guitarra
y gritos desgarrados.
El temblor de las ruedas de los coches me hace vibrar
y me focalizo,
lejos de la acera en la que me hallo,
frente a más coches quizá,
pero confrontándolos con la solidez y firmeza
que no da un cuerpo humano.
Con la convicción de poder quebrar coche,
asfalto e incluso,
el mundo.
Pues circulo con más de doscientos caballos de potencia atados a mi sien.
Conduzco desbocado,
con el trémulo temblor en los huesos que da no llevar cinturón
y circular a la velocidad a la que navego.
Y no me muevo,
pero visito mundos y los cambio.
Moldeo mi presente como un alfarero el barro,
como un político la mentira,
o como un policía encauza el tráfico,
con suavidad,
con conocimiento de causa,
mecánicamente.
Soy un bastardo de mi mente y,
mientras trato de follarme a mis ideas,
me aferro a lo que es real sabiendo que,
lo que hay,
se queda pequeño ante lo que puede haber.
Y sueño con las manos apretadas al apéndice de mi bulbo raquídeo;
Sueño con nubes dulces que se aparean con el mar y,
dan paso a tierras propias con días propios;
Sueño con no tener un yugo de monedas atado al cuello,
ni una hipoteca metida por el culo;
Sueño con volar,
y aterrizar donde me salga de los cojones;
Sueño con la paz mundial y,
jugar mientras a un juego de guerra;
Sueño senos, y sueño labios;
Sueño días, tardes y,
a veces, noches;
Sueño con dejar de soñar,
y, pisar con los dos pies la tierra,
sin pudrirme de asco al hacerlo;
Sueño ovejas cibernéticas, y, con sueños dentro de sueños;
Con épicas,
clásicos de la música y guitarras eléctricas;
Sueño con mi vida, con vivir.
Sueño con mis sueños,
sin hijos de puta vivos para joderlos,
para volverlos pesadillas.
Sueño,
con tener derecho a creer que,
en los sueños,
los hijos de puta,
no me pueden joder. 

sábado, 19 de octubre de 2013

Restos de gravilla





Restos de gravilla



Un baile de sombras inclinadas como un reloj de sol.
Plasmadas ondulantes sobre el techo de la habitación,
mientras que el humo,
danza con ellas.
Pensamientos se resbalan sobre restos de gravilla.
Jazz,
o algo similar
en el escritorio.
Y restos de algún despojo  humano sobre la cama,
cavilando,
oteando entre hebras de pensamientos,
sumido en sumirse.
En deslizarse por el sumidero.
Con cuentagotas de sangre en los ojos,
y un punto de cruz hecho en el pecho.
Con pedacitos de ingenio dando patadas a trocitos de magia.
Con teclas clavadas en los dedos,
buscando entre rimas y ausencias,
verdades y adornos,
palabras precisas.
Con una niebla permanente,
y las sombras girando sobre sí mismas.
La cuchara tocó fondo largo ha,
y el poso del vaso alcanzó el cero absoluto.
Los pocos renglones escritos se alinearon con las sombras del techo.
"¡Dar vueltas por el interior de un cerebro no tiene nada de paseo!"
Pasear por el pensamiento,
encontrando estanterías invisibles e inservibles,
a toque de ratón.
En pos de más,
la música cambia,
la idea prosigue mientras que,
el cigarro se convierte en el siguiente.
Y el café se rellena casi por arte de magia.
Y la materia gris pega un vuelco sobre sí misma y te dice "¡Tonto!".
Nunca di clases de baile para marearme de esta manera,
pero caigo como un paracaidista,
cuando encuentro lo que busco.
Como encontrar una frase en primera persona en mitad de divagaciones.
Y da paso a un yo,
a lo que pasó,
al camino seguido,
y se encuentra que,
en el proceso,
en lo pasado,
en lo pensado,
ahí,
están los detalles.
"¡Esa es la clave!" dice una tercera voz en mi cabeza,
seguramente,
la voz de alguien a la espera,
cansado de lo que tardo en llegar a la idea.
La clave, el quid de la cuestión,
el proceso,
las minucias abandonadas en cajones sucios pero invisibles,
en estanterías intangibles y bibliotecas mentales.
Las pequeñas cosas enterradas en arena y ceniza,
en polvo y olvido.
Los detalles que acompañan a lo importante.
Lo que se olvida,
lo que no sirve,
pero es clave.
Un olor que acompaña a una mala sensación.
"¿Café por la mañana?".
El chiste malo que me dije a mi mismo mientras se me rompía el corazón.
O la broma macabra que siempre pensé y no hice.
Los descartes,
los detalles,
minucias.
Las pequeñas cosas,
lo olvidado.
Lo dejado atrás,
lo descartado,
eso,
también sigue ahí.
En su dependencia mental, en su rincón,
oculto,
desterrado, pero quieto.
Y las divagaciones se conducen,
y toman la autopista de las ideas,
para dirigirse a la región de la autodeterminación.
Las teclas y el ratón llevan ventaja,
ellos y mis dedos ya sabían desde hace rato lo que quería decir.
Ellos ya han escrito mi proceso,
y se dirigen a la idea.
Precisamente por el proceso,
recordaron lo que carecía de importancia,
para olvidar lo importante.
Para encontrar donde ya busqué,
y hallar algo nuevo.
Pues las sombras del reloj de sol de mi techo,
cesaron a la noche,
con el fresquito.
Ya no están,
si no las iluminas.
Cuando el humo cesa, los ojos focalizan y,
magia, ingenio e idea se abrazan,
el proceso se encauza.
Las sombras cesan.
Las pequeñas cosas dan valor a las grandes,
lo olvidado da importancia a lo recordado y,
las ideas cobran fuerza.
La música termina.
Las voces de mi cabeza se aúnan.
La discusión ha terminado.
El resultado no está claro,
pero estamos de acuerdo.

lunes, 14 de octubre de 2013

Beodo, el Profeta. Pasajes






"Y beodo decidió que hacer por los demás era mejor,
pues haciendo por él hacía por uno,
sin embargo los demás,
eran más.
Así, el profeta Beodo, comprobó, que cuando su ombligo se hacía más pequeño,
y dejaba de mirarlo,
veía que el mundo no era gris,
y que aún hay gente buena".

Beodo, el Profeta (Capítulo Tercero, Pasaje Cuarto)

"En el camino hacia Sonrisa y Felicidad, me encontré a Desdicha.
El desdichado ser me habló y preguntó hacia donde me dirigía;
"A ser feliz" respondí.
Pareció entenderme pese a no decir el lugar si no mi intención, hasta me guiñó un ojo y,
al poco, ella también me habló decididamente;
"Para ser feliz y sonreír deberás pasar por encima de mi cadáver" contesto Desdicha.
Odio, mi compañero en los comienzos y yo pasamos por encima sin dudarlo, Odio pasó primero.
Ahora con Desdicha muerta, Odio y yo caminamos hacia Felicidad y Sonrisa tratando de que Desidia no nos encuentre".

Beodo, el Profeta (Capítulo Cuarto, Pasaje Séptimo)

jueves, 10 de octubre de 2013

A la musa que yace en mi cama




A la musa que yace en mi cama


A la musa que yace en mi cama,
le debo el despertarme contento cada mañana.
Debo agradecimientos a más,
amigos, familia y a nada,
pero hoy me centro en la musa,
del otro lado de mi cama.
Naufragando en sábanas y colchas,
te encuentras sobre el colchón,
más dormida que despierta por norma general.
Te escribo a menos de un metro, mientras entre sueños, (qué me encantaría compartir)
balbuceas sin sentidos como de costumbre.
Y yo, como de costumbre, te miro con la sonrisa clavada,
de reojo,
medio de espaldas,
con la pantalla del ordenador iluminando fantasmagóricamente mi pecho.
Y te miro mientras, en sentido figurado, (y no tanto) se me cae la baba.
¡Y a ti! ¡A ti también se te cae la baba dormida como un bebé!
Un extraño bebé sensual capaz de despertar la más honda de las ternuras,
y la más ardiente de las pasiones
Un Etna,
un volcán en miniatura,
que babea entre balbuceos y leves ronquidos.
Y toda está orquesta y compás de sonidos de durmiente provienen de tu boca...
¡Tu boca! ¡Tantísimas cosas que decir de tu boca!
¡Tantas!
¡Qué difícilmente sabría por dónde empezar a adularla!
Pero sí que la puedo resumir en una característica que,
por encima de las demás me encanta.
Lo que más me gusta de tu boca,
musa mía que yace en la cama a mi lado,
es,
sin duda,
que tus labios tienen la maravillosa costumbre,
de besar los míos con frecuencia.




martes, 8 de octubre de 2013

La figura en el espejo





La figura en el espejo


Sopla un viento helado.
Brilla trémula la vela y,
la escarcha,
en próxima amenaza de invierno,
tras los postigos.
"SoY.."
El espejo tras el hombre refleja la nada donde él se encuentra escribiendo.
Y a su lado, invisible a sus ojos,
el hombre del reflejo
de espaldas
hasta ahora
solo en el reflejo.
"Lo Qué vEo dE Mí..."
Pluma sobre papiro,
lámina sobre pincel,
lápiz sobre papel.
"eN el..."
Fugaces trazos y palabras, adornan la locura sangrienta.
El papel se tiñe de rojo,
pluma, pincel y lápiz se tornan uña, dedo, hueso...
"ESpEjo..."
Lienzo, lámina, papiro y ojo se vierten y transforman y dan paso a carne.
Un hombre ensangrentado que no se refleja y,
a su lado una silueta de espaldas, sombría y erguida.
La figura, solo espalda en el espejo, sonríe mientras que,
el hombre refleja su ausencia.
"¿?"
Graznidos en el estómago,
y piedras entre los dientes,
separándolos.
Hojas de papel en las yemas,
con sus finos bordes...
Sangre y obra,
sin reflejo,
sin nada.
"¿O qUiZá,"
Y,
escondido en el cristal,
tras su fría superficie,
de espaldas a lo escrito,
a la obra.
la figura,
sonríe con malicia.
"SoY AlGo MáS?"
Pieza completa,
nadie reflejado
nada reflejado,
y,
esperando reflejar de nuevo,
la espalda de la figura,
con una invisible sonrisa.

"¡DeMaSIadAs prEguNtaS EsTúpIDas!"