Reflexiones
de hospital, Capítulo 2; Somos Euros
Rostros borrados, voces calladas, personas ignoradas en pos
de su propia salud;
euros por comida,
euros por televisión,
euros, euros,
euros por sonrisas,
por alimento por amor.
Cambiar tiempo de vida por céntimos de vida,
cambiar besos por libras esterlinas,
cariño por dólares y sexo por yenes...
Los sentimientos encapsulados en recetas,
servicios,
presentes
y bienes;
Hipotecas como
cánceres;
Sida como crédito;
Neumonía capitalista en
la que,
los primeros en
quejarnos somos,
los primeros que caímos.
Grito por el bien, el
amor y la justicia, pero un buen puñado de euros me calma,
como la morfina en la
soledad de una habitación de hospital; aséptico, insustancial...
Y la voz de una madre
que sufre quejidos a plazos por un banco...
No somos libres.
No lo digo como descubrimiento,
lo digo porque veo que,
incluso en la muerte,
existe el desahucio;
y no solo del alma,
y no solo de vida,
existe el desahucio y,
pronto,
muy pronto,
las últimas palabras de
una madre a un hijo no serán: "te quiero"; si no: "lo siento por
la hipoteca".
Somos euros gastados,
muy gastados...
Somos euros que se
creen personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario