miércoles, 20 de febrero de 2013

Nakamas







Nakamas


Hermanos, amigos.
De pequeños ya luchábamos,
otras batallas,
otros combates,
más leves,
más...
alegres.
Pero siempre hemos batallado,
hemos sido 300 en las Termópilas,
William Wallace gritando "Libertad",
nos hemos caído y herido juntos,
nos hemos insultado,
sangrado,
y reído juntos,
en luchas,
en festejos.
Amigos, hermanos.
Hemos estado a las duras,
y a las maduras,
a las solas
y a las piñas.
Nos recuerdo,
como Anakin y Obi-Wan,
gritándonos con odio,
para mirarnos,
al rato,
con remordimientos,
con ganas de volver atrás en el tiempo,
como Marty McFly.
Hemos sido héroes,
grandes como Hulk,
poderosos como Superman.
Más de una vez,
alguno de vosotros,
ha sido el Vegeta en mis batallas,
o el Goku en mis errores.
Más de dos veces,
habéis sido el Paladín,
de mi grupo;
o el Ladrón,
o el Bardo,
o el Mago...
Y casi siempre me permitisteis ser el Guerrero.
Como Tetsuo y Kaneda,
luchando contra el avance de Akira.
Como Luffy y sus nakamas,
peleando en mil aventuras.
Habéis desaparecido como Cloud,
para volver como Sephiroth...
o como Aeris.
Lobos, amigos.
Habéis trepado los Acantilados de la Locura,
para ayudarme a enfrentarme a Iñigo Montoya.
Recorrimos juntos el Pantano de la Tristeza,
y vimos morir a Artax.
Aún somos Kiwis que quieren ser Limones,
y todos hemos estado en Tyr.
No es extraña la Tierra Media si,
a tu lado,
camina tu propia Comunidad del Anillo.
Amigos, Lobos.
Corrimos una y mil veces con nuestra manada,
guiados por Mononoke.
Aún gritamos "Siempre arriba",
como si nos fuese la vida en ello.
Y siempre, siempre,
seremos Saiyajins.
Cada uno de nosotros,
es un Caballero del Zodíaco,
o de su barrio,
o de su casa,
pero un caballero.
Cada uno de nosotros,
es un Pirata Garrapata,
o un Fray Perico,
y su borrico,
sobre todo su borrico.
Y un Platero,
y un Quijote.
Todos somos Sanchos,
cuando vamos con hermanos,
y Rantamplanes y Pinkys,
y Cerebros.
Lobos, hermanos, amigos.
No caeremos,
no solos.
Como no cayó la Ciudad Esmeralda,
ni la Torre de Marfil,
ni la Ciudad Blanca.
No lo haremos no,
porque detrás de cada caída,
existirá un lobo,
que nos tienda la mano como hermano,
un hermano que evite nuestra caída...
Como un Guerrero,
como un héroe,
como un amigo.

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