viernes, 28 de diciembre de 2012

Inocente, inocente





Inocente, inocente


Entre guirnaldas y luces,
a veces,
los huesos se calan de frío.

Entre sonrisas y besos,
a veces,
una mano busca encontrar quién la agarre.

Paseando por la calle,
agarrando la cintura,
abrazando el aire.

Villancicos, zambombas,
renos y regalos,
y caminatas frías a solas.

No nieva, no llueve,
ni si quiera se nubla…
Unos días perfectos para pasear en soledad.

Muérdagos con besos al aire,
doble manta para llenar un hueco.

Y un polvorón, y un anís, y una mesa,
rodeada de pasados en blanco y negro,
y sepia,
y silencio…

Cojo con mi mano izquierda la derecha,
me aprieto fuerte, me doy calor,
me felicito la navidad y me beso bajo el muérdago.
Canto villancicos y canto nostalgias.
Busco calores de mantas, estufas en manos,
una mesa camilla donde no helarme,
y llenar huecos en camas vacías.

Busco sonrisas y encuentro salones abandonados.
Encuentro ladridos, encuentro risas, encuentro familia,
amigos y amor.
Los encuentro…
Pero quedaron atrás.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Carta al Fin del Mundo





Carta al Fin del Mundo



Y un hijo de puta ha robado a un país,
y varios,
sí, varios,
varios hijos de puta también.

Y un hombre condena al otro a la muerte,
y otro da vida,
y otro la ignora,
jugando a ser Dios,
pero siendo muy humano.

Un hombre mata a su mujer,
adiestra a sus hijos,
y se esclaviza en el trabajo.

Un pueblo odia a otro,
y lo encierra entre murallas,
y le roba hasta la esperanza,
y todos son personas.

Y un amigo ayuda a una mujer sólo en Noche Vieja,
y otro dedica su vida a los demás,
otro no avanza porque tiene miedo,
o sencillamente porque se niega a pisar los cadáveres que dejan los demás.

Y todos son hombres; hijos de puta, "dioses", xenófobos, ladrones, mentirosos....
Pero también son amigos; desinteresados, trabajadores, valientes, buenos...
Es fácil dudar de los hijos de puta, y fácil creer a los buenos,
es sencillo odiar a los humanos y querer a los amigos.
Es normal perder la fe en las personas, pero es sano tener fe en quien se quiere.

Así que, por mucho mal que me enseñen los humanos y su mundo,
sé que en él viven mis amigos y que, casualmente, también son humanos.
En un mundo de mal, nada vale más que creer en el bien.

En conclusión: Se que los humanos hemos sido muy malos este año, pero, querido Fin del Mundo, quiero pedirte que, aunque te cargues la tierra, te dejes a mis amigos.


martes, 11 de diciembre de 2012

Mercurio




Mercurio


Te colaste en lo más hondo de mí,
entre cada rincón y,
en cada respiración, cada aliento,
te recuerdo,
me recuerdas.

Taponaste mis oídos,
me dejaste sin aliento,
caliente,
ardiendo,
junto a ti.

Viniste con el frío,
a arroparme entre tus brazos,
con el sudor,
perlando nuestra frente.

Me cogiste de la mano,
de los pies,
del pecho,
y la garganta.

Me cogiste bien de lleno,
hasta el fondo y hasta arriba,
me cogiste bien de lleno,
puta gripe.