jueves, 7 de agosto de 2014

Sarna con gusto no pica




Sarna con gusto no pica



Sarna con gusto no pica.
Sarna de la tierra,
ya no tan rica.
Doscientas cincuenta mil almas aúllan cada uno de agosto en Polonia,
y en Gaza,
en Gaza ni se cuentan porque cada día aúllan más.
Sarna con gusto no pica,
sarna de la tierra rica...
La sangre se derrama en torrentes de gotas en los callejones de Juárez,
y, las gotitas, nadan por el Atlántico hasta Ceuta y Melilla,
y ahogan barcas,
y sirenas con traje de flamenca,
se llevan personas al fondo del mar.
Para seguir,
mientras flotan sirenas y gotas,
matando en otras costas.
Liberia sangra ébola,
y en Sierra Leona solo musitan las piedras.
Países quebrados en garras de imperios,
y soterrado bajo sus risas,
el diablo baila.
Como bailan los cadáveres de las mujeres lapidadas mientras caen golpeadas,
un baile involuntario siniestro.
Sarna con gusto no pica,
y esta mañana,
en mi tele plana disfrute de princesas de cuerpos operados,
vendiéndose más baratas que el jamón.
Y la vivienda despunta,
el balón rueda y,
los muertos por un tsunami se barren con agua.
Japoneses nucleares,
hindúes apelmazados,
violaciones en metros,
asesinatos por sexualidad,
por religión,
por bienes,
cualquier escusa vale,
si nos la da el de arriba.
Mascarillas adheridas a la carne en Pekín,
donde el aire que respiran,
bien vale una vida de esclavitud a jornada completa.
Sarna con gusto no pica y en mi "Smart Phone" veo israelís contemplando bombardeos,
y mientras los miro los odio,
y mientras los odio,
me odio.
Pero me relajo con un cigarro y una cerveza,
y mi ceniza que cae en el cenicero será parecida a la tierra de la sarna,
la que pica,
la que el mundo rasca mientras a mí me gusta.
Pues la sarna crece en quien la rasca,
y algún día seré yo el que le pica.

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