domingo, 30 de septiembre de 2012

Temblarán



Temblarán


No es vacío,
es silencio,     
es la calma chicha antes de la tormenta,
es el rugido de un pueblo,
es la cosquilla inoportuna,
es,
el típico "tocamiento de huevos".

No suenan tambores de guerra,
pero retumban los palos sobre la piel,
temblarán,
y no serán los que reciben,
si no los que dan,
temblarán.

Y no lo digo con el valor del que hace,
si no con la perspicacia del miope,
del que huele la lluvia poco antes de la primera gota;
de hecho,
la perspicacia del bobo,
porque no son pocas las gotas que han caído ya.

Pasos en la calle, millones de pasos,
carreras y turbas,
personas blindadas,
sangre,
la gente aplastada contra el suelo,
pisoteados por la injusticia,
que dá saltitos de alegría.

Y graznarán los cuervos desde sus altas casas,
pero nadie parará las torres humanas,
ningún balcón quedará lejos de su alcance,
ningún cuervo escapará,
ni si quiera los buitres.
Y por más gargantas que tratan de callar,
miles gritarán,
y gritarán, aunque sea un simple "hijos de puta",
pero gritarán.

Y cuando la tormenta estalle,
cuando caiga el chaparrón,
cuando los cuervos graznen y los buitres estén atados,
cuando los gritos quiebren el parlamento, las plazas,
el suelo y el cielo entonces,
entonces sí que temblarán.

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