Sin
olvidar lo importante
Sin
olvidar lo importante he olvidado ya mucho.
He olvidado risas y grandes momentos. Carcajadas serenas plagadas de
amor. He olvidado besos, llenos de pasión y de sensualidad. He olvidado a gente
con la que he compartido buenos y malos momentos. He olvidado lugares, comidas,
fiestas y conocimientos. He olvidado un sinfín de cosas, pero siempre he
tratado de vivir sin olvidar lo importante.
Pero
ahora no puedo, olvido y no quiero. Y como olvido muero y como muero olvido. Porque
quiero recordar y no puedo. Porque sé que la cara de mi hija brilla como el sol
y acaricia como las nubes, pero no puedo. Porque sé que ha estado cerca, pero
ahora está lejos.
No
quiero, no quiero dejar de quererte, pero no sé cómo hacerlo si no sé quién
eres. Quiero que estés junto a mí aunque hace tiempo que en mi cabeza estamos
lejos. Si recuerdo algo, recuerdo tus manos, sé que son suaves y al sentirlas
te veo y nos veo, aunque a veces no me acuerde de ti, aunque a veces no me
acuerde de mí.
Recuerdo
a tu padre, lo recuerdo junto a mí abrazado, tumbado y de muchas maneras,
recuerdo su cara y como me besó la primera vez con los ojos apretados a más no
poder. Recuerdo tu nacimiento y lo recuerdo sonriendo. Recuerdo todas sus risas
y sin embargo no recuerdo el color de sus ojos, ni cómo me decía en la
intimidad, ni si lo quise siempre o no fue así, ni siquiera recuerdo si de
verdad fue así o es lo que quiero o puedo recordar.
De
pequeña me gustaba cantar. Cantaba: «había una vez un barquito chiquitito…»,
sabes cuál es. Eso lo recuerdo bien… Nítido. Sin embargo no recuerdo si al
caminar debía mover las dos piernas o una. Ayer me caí, lo recuerdo, pasé
vergüenza aunque a mi edad dé un poco igual. Me caí por no recordar cómo se
andaba y sin embargo recuerdo que me caí.
Siempre
quise vivir en el recuerdo, siempre, como un ideal romántico. Por eso pintaba,
para recordar con colores cómo yo lo veo, lo que nos había ocurrido. Así te
pinté al nacer en mis brazos, con cariño, con color, con vida, y así te recuerdo.
Mis
cuadros. Se han borrado muchos de su lienzo. Los he olvidado casi todos, pero
aun sé que me quedan algunos escondidos de la enfermedad. Escondidos de la
muerte, pues cuando no los vea no seré yo.
Hija,
te quiero, aun lo sé y eso ya es mucho. Te quiero como he querido a todo y eso
también lo sé. Ojalá pudiera arrancar un recuerdo de mi cabeza y esconderlo en
una caja antes de que desaparezca, ojalá pudiera esconder lo que queda de mi
vida en un cajón estrecho y pequeño, escondido y protegido del olvido. Ojalá
muriese para no perder lo que soy, he sido y seré. Pero todo se irá perdiendo,
todo se olvidará y yo poco puedo hacer sino tratar de guardarte, hija,
guardarte profunda en lo más profundo del cerebro, en esa parte que conecta con
el corazón, donde se junta con el alma, ahí. Y protegerte y tratar de no
olvidarte, aunque ya no recuerde quién soy yo, y vivir sin olvidar lo
importante, y vivir sin olvidar que te quiero, hija mía.
Bárbaro...
ResponderEliminarMuchas gracias!!!!!
ResponderEliminarDecía, que..
ResponderEliminarexisten letras que te hacen sonreir, letras que hacen llorar, algunas, hacen que pienses y otras, como esta.. que caiga de nuevo en la certeza de saber por qué formas parte de mi vida.
Te quiero primo.
Olé!!! Muchas gracias primaaaa!!! Yo también te quiero!
ResponderEliminar