domingo, 5 de octubre de 2014

Un solo de guitarra




Un solo de guitarra



La guitarra sin cuerdas que me acompaña,
no suena.
¿Será por algo?
No sé, 
pero,
el día que marche,
querré tocarla.
Querré tener un solo de guitarra.
O una placa en una esquina,
o el nombre de una calle,
o mis palabras escondidas en un poema.
Callan las mañanas,
y vivir,
se complica,
mucho.
Ayer atisbe una deuda escondida tras un arbusto
y al ir a capturarla,
me asalto una multa,
y un crédito
y una hipoteca.
Y todos juntos me ataron un lazo al cuello,
y me cazaron.
Ahora van a cocinarme,
y mi guitarra está lejos,
tampoco importa porque no suena,
tampoco importa,
puedo tocar sin ella.
Cuando muera,
y mi placa no esté puesta,
ni mi calle,
alguien verá,
quien fui en este poema,
o en otro...
Tal vez,
alguien encuentre mi instrumento sin cuerdas,
y  lo toque,
aunque no suene.
Y quien sea,
cuando sea,
en mi honor
o en el de mis palabras,
evoque un solo de guitarra.

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