lunes, 29 de abril de 2013

Roma. Nostalgia de futuro






Roma, nostalgia de futuro



Como gladiadores romanos nos besamos en el Coliseo...llovía, pero no nos mojábamos, ¿te acuerdas?. Y, ¿recuerdas ese cappuccino carísimo que nos tomamos en una terraza cerca de la Piaza di Spagna?. Fuiste al servicio al menos dos veces, pagamos, y tras cruzar tres calles al fin caíste en que no me reía por un chiste si no por el bigote de cappuccino que tenías desde la cafetería.
Cómo demonios podía estar tan rico aquel helado, con el calor que hacía, ir al Vaticano con un helado más grande que tu fue la mejor idea del mundo y lo mejor es que a los dos se nos ocurrió a la vez pero esperábamos que el otro lo dijese porque acabábamos de comer pizza en Il Gallo Rosso, y empezaba a parecer que solo habíamos ido a Roma a comer y besarnos.
Cómo nos reímos tratando de imitar a todas y cada una de las pinturas y esculturas del Vaticano, y que calladito me quedé y te quedaste cuando entramos en la capilla Sixtina, casi nos daba miedo susurrar pero aún así nos cogimos la manita como impresionados, recuerdo que a esas alturas el dolor de pies casi se había pasado.
Recuerdo las sábanas de la cama del hotel, y la lasaña que quemaba más que el infierno, ese pub extraño en el que entraste corriendo porque te hacías pipí por decimoctava vez en el día, como fingiste que la Bocca della verita te comía la mano, y yo hasta me asusté una micra de segundo y tú te reíste de mí. Recuerdo como te daba el sol en los ojos en la terraza del hotel, y recuerdo lo caro que fue el taxi, recuerdo un "te quiero" o dos en el Panteón y en cualquier lugar. Recuerdo el foro romano y como casi morimos de risa al encontrar la "Via della Madonna dell' orto", recuerdo tu olor y el sabor de cada beso, recuerdo el atardecer del Tiber con tu pelo al viento, los tres euros por botella de agua en la Fontana di Trevi, tu bailando sin motivo contenta como una pascuas, los vendedores de rosas, de paraguas, de postales, tus cancionzuelas, nuestros chistes absurdos, el gorro horrible que te compraste, de nuevo las sábanas, pero esta vez de hostal, el último día, pobretones como ratones. 
Y nuestro último día solo para nosotros y allí, buscando jardines y sol, sol y nosotros, por los jardines de la villa Borghese, donde los guardias  casi nos echan no una, sino dos veces...el Jardín de los naranjos, tu piel, la caída "tonta" en los empedrados del Trastévere, el último atardecer abrazados, el tren de cercanías, el avión, volver, despertar...
Nostalgia del pasado, de Roma.
Roma en el futuro, en el pasado, ahora.
Recuerdos cargados de nostalgia, nostalgia que quiere ser recuerdo.
Roma, nostalgia de futuro.

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