El Devorador
de sueños
Teme,
querido amigo,
al monstruoso Devorador de sueños.
Ataja compañero por donde no
se encuentre...
Pues se esconde en la mañana
y acecha tus noches.
¡Maldita vida!
Pues la sombra del monstruo
te vigila.
Guarda tus sueños en cajón
seguro,
o mejor llévalos a cuestas
lejos de la cartera,
pero cerca del corazón.
Esconde los sueños bien
abajo,
mejor que bajo la almohada,
pues lo que la vida te roba,
devorando,
son los sueños.
Y te los cambia,
tus sueños,
a modo de Ratón Pérez del infortunio,
por dinero y tiempo.
Teme,
querido amigo,
al monstruo llamado vida...
Al monstruoso Devorador de
sueños pues,
mientras proteges tu cartera
y tu reloj,
será tus sueños lo que se
lleve.