Prometido
Destierro a la luna de mi noche serena,
destierro su esfera,
como destierro a la polilla que,
tras el cristal,
la luz que me alumbra anhela.
Y prometo que vuelvo,
cuando al escribirlo lo hago.
Quedaban entintadas palabras en mi saliva,
atascadas en mi garganta.
Saludo a la noche,
que con ganas de besarme hoy se queda,
pues,
en el sonámbulo tecleo,
que ahora me desvela,
no encuentro mis pasos sin su manto de estrellas.
Prometí que al tiempo escribiría,
y, alzándome como faro en la neblina de lo onírico,
suelto en líneas.
Que yo, a mi noche,
la espero.
Y de nuevo noche y yo,
palabras y boca,
letras y horas.
Prometido a las palabras personales,
comprometido a escribirlas sin grandes verdades.
Ronroneando terciopelos de sábanas frías,
me digo a mi mismo,
y al que lea mi poesía;
os prometí que volvería.