Un solo de guitarra
La guitarra sin cuerdas que me acompaña,
no suena.
¿Será por algo?
No sé,
pero,
el día que marche,
querré tocarla.
Querré tener un solo de guitarra.
O una placa en una esquina,
o el nombre de una calle,
o mis palabras escondidas en un poema.
Callan las mañanas,
y vivir,
se complica,
mucho.
Ayer atisbe una deuda escondida tras un arbusto
y al ir a capturarla,
me asalto una multa,
y un crédito
y una hipoteca.
Y todos juntos me ataron un lazo al cuello,
y me cazaron.
Ahora van a cocinarme,
y mi guitarra está lejos,
tampoco importa porque no suena,
tampoco importa,
puedo tocar sin ella.
Cuando muera,
y mi placa no esté puesta,
ni mi calle,
alguien verá,
quien fui en este poema,
o en otro...
Tal vez,
alguien encuentre mi instrumento sin cuerdas,
y lo toque,
aunque no suene.
Y quien sea,
cuando sea,
en mi honor
o en el de mis palabras,
evoque un solo de guitarra.