sábado, 16 de noviembre de 2013

Hoy salí a pasear




Hoy salí a pasear



Hoy salí a pasear y heló en la puerta.
Ya conozco el camino de memoria,
pero solo el de salida,
el de vuelta me cuesta.
Ya salí a caminar,
y la tormenta me cogió de pequeño.
Ya me quedé fuera,
porque lejos,
escampaba más a menudo.
Y a pasito a pasito recorrí pequeñas sendas.
Y encontré nada,
pero vi de todo.
Y todo se vino,
y nada se quedó para más adelante.
Hoy salí a pasear y heló en la entrada.
Llegué cerca de donde quería,
pero me perdí a la vuelta.
Ya cansado con ganas de lumbre,
ya pesado con ganas de casa.
Caminé sesgado y,
a rachas,
algo más espabilado.
Ya pasaron días,
semanas,
veintiochos e,
incluso,
algún que otro lustro.
Hoy salí a pasear y,
casi sin mirar,
me topé con una casa.
Yo salí por esa puerta cuando me fui a caminar.
Yo salí cuando el alba despuntaba,
salí,
a ver quién paseaba.
Yo me fui a ver el mundo y al salir,
heló en la puerta.
Cuando a la casa volví a llegar,
olvidé como entrar.
Ayer salí a pasear y,
al salir,
heló en la puerta.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Desidia




Desidia


En el despertar nebuloso de cada mañana encuentro fantasmas,
que me arropan a besos de amor.
Y en la vuelta de sábana que pego hacia un lado encuentro un frío de ausencia,
de dolor,
de miedo.
Ya no recuerdo el despertar con ilusión,
solo temor,
falta,
perdida de lo poco que me queda de antes.
Horror a abrir los ojos con el día,
y encontrar nuevas marchas,
nuevas fugas,
nuevas faltas y pérdidas.
Nuevos adioses a personas, familia y amigos de siempre.
Cansado sin descanso,
entre espectros de dolor y caminos poco definidos.
Encuentro en la soledad temblores de desapruebo, de falta de acierto.
Entre las mantas,
mientras cada día se busca el impulso que  nos haga saltar de por encima de las sábanas,
yo solo encuentro esqueletos,
jirones de piel,
restos de antiguas fuerzas.
Pero no encuentro las ganas,
ni la seguridad,
no encuentro la fuerza que antes encontraba.
Porque bajo la almohada,
y cuando mi musa se marcha,
ya no encuentro manos de piel caliente,
ya no.
Ahora solo quedan huesos fríos,
que me llenan de una ancestral y muerta motivación,
la motivación de la ausencia,
de alcanzar la grandeza para nadie.
Ya calló de rodillas el guerrero y,
con una armadura tan pesada,
no recuerda cómo ponerse en pie.
Ya calló con su cuerpo sobre el suelo,
y entre el acero frío,
y el suelo embarrado,
enterró sus manos entre lodo.
Ya pereció la guerra en sus ojos,
y,
tras el yelmo,
desapareció su ambición,
su ansia de batalla,
su llama,
y murió el guerrero.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Villancico solitario




Villancico solitario


Ya cantan villancicos los ángeles del cielo,
ya cantan allí sin miedo.
Cantan al frío y cantan al fuego,
los pájaros y los querubines junto a ti,
allí en el cielo.
Ya llega la Navidad,
y tu nombre ya nombrado,
con el invierno habrá llegado.
Llegará la Noche Buena,
no tan buena y sí tan noche.
Ya pronto el año Nuevo,
dejamos atrás el que fue nuestro último año.
Ya llegan el Belén, el árbol, los regalos,
ya os fuisteis amiga y madre,
ya os fuisteis a otra primavera.
Ya llegarán los reyes magos y correré a vuestra vera.
Mientras eso ocurre,
y con honda pena,
a ladridos y abrazos,
a paseos y enseñanzas,
a madre y a amiga,
os digo,
ya llega nuestra Navidad,

y sin vosotras, mi primera Noche Buena.